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Mostrando las entradas de enero, 2008

Fe de Año Nuevo

Primeros minutos del Año Nuevo. La juventud resistió a la solemnidad y se fue a quemar al Año Viejo, cargado de cohetes. Después vinieron los abrazos, en la calle, efusivos. Finalmente fue el momento del brindis y de dar gracias a Dios por un año más, por lo bueno y por lo malo. De encomendarle al Padre el alma de nuestro padre y externar así nuestra Fe. Ante el rostro profundamente triste de mi madre, escuchando las palabras aleccionadoras de mi hermana menor y rodeado de hijos y sobrinos absorbiendo el momento, expuestos a nuestras miradas, nuestros gestos y nuestras palabras, fue quizás el momento de decirlo. De brindar alternativas. El 19 de marzo del año pasado murió mi padre. Los billones de neuronas en su cerebro resistieron por algunos segundos, sosteniendo millones de disposiciones químico-biológicas sobre las cuales estaba construida la personalidad de mi padre, sus deseos y sus amores, sus prejuicios y sus resignaciones. Sin oxígeno, los pulmones desechos,