Lo mataron anoche. Lo cortaron en pedazos y en bolsas negras lo tiraron a la basura. Era hoy el pago del rescate. Reunido con dificultad y sin esperanza. Tan solo por el cuerpo que gritó en silencio, que sacó la mano de la bolsa para evitar una injusticia más. A punto de conocerlo y ahora está muerto. Concluido. Inalcanzable. Mañana seré yo. O tú.