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Mostrando las entradas de febrero, 2014

Promesa

El día de ayer mi hermano me hizo el enorme favor, cerca de mi media centena, de recordarme una promesa hecha en mi veintena y que he cumplido cuando mucho a medias. Gracias Flaco. – ¿A donde marchas viajero? – Yo voy hacia las montañas. – Eres distinto viajero, no sigues las sendas planas. No sabes lo que te espera camino de las montañas; allá sólo acampan piedras, polvo, sudor y lágrimas. – Ha mucho tiempo he andado por esas tus sendas planas; de alfombras de pasto verde con perlas por las mañanas. He sido de los que sueñan con una casita blanca, una mujer que los ame, dinero, poder y fama. – ¿Por qué te marchas, viajero, entonces a las montañas? ¿Qué te hace dejar tus tierras, tus sueños y tus mañanas? – No quiero ser de los poetas que sólo tienen palabras; quiero ser de aquellos hombres que miran, piensan, y callan. No quiero ser uno más que vive en las tierras planas; quiero ser de los viajeros que suben a las montañas. Que las carnes se me rom