Érase una vez un gato que se creía pato y comenzo a patear. Érase una vez un pato que se creía gato y comenzó a gatear. Tanto pateo el gato y tanto gateo el pato que el gato perdió una pata y el pato ganó una gata. Por lo que hoy, de corazón, gatopato y patogato son. Imagen tomada de Deviantart .
Colección incoherente de letras sueltas