Que no quede huella del amor
que ahora me hiere.
Que se acabe ya el dolor
que ahora me mata.
No tiene caso vivir como si fuere
con el corazón atorado en la garganta.
¡Basta ya de cargar con esta piedra
en la que se convirtió nuestro cariño!
Esta tristeza que me atrapa como hiedra
que me ahoga en un rincón
y me hace llorar igual que un niño.
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