Llené mi pluma de tinta
y se me antojó escribirte algo.
Algunas frases bonitas;
todas dulces, nada amargo.
Que tus cejas son hermosas
y tus ojos muy bonitos.
Que tu boca me provoca
darte un beso, aunque chiquito.
Que el olor de tu cabello
me despierta los sentidos
y cuando bajo por tu cuello
mi voluntad ya he perdido.
Mi pluma tiembla en mis manos
que buscan rozar tu piel.
Dejo al fin, enamorado,
mi corazón en papel.
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